Las criptomonedas y las stablecoins redefinen la banca diaria en México
Los pagos digitales cada vez son más frecuentes: comienzan a ser parte de la caja de herramientas de los mexicanos para transferir, ahorrar e invertir, afirma Tory Jackson, Jefe de Estrategia de Galileo Financial Technologies.
México ya figura en el Top 20 mundial en adopción cripto, de acuerdo con Chainalysis.
México, septiembre de 2025 – México cerró 2024 con un récord histórico de 64 mil 745 millones de dólares en remesas, de las cuales el 99 por ciento se realizó por transferencias electrónicas, de acuerdo con cifras del Banco de México, un terreno fértil para la incorporación de tecnologías que prometen transacciones más rápidas, seguras y baratas. Aun así, el costo promedio de enviar dinero desde Estados Unidos a México ronda el 5%, lo que ha impulsado a millones de usuarios a explorar alternativas como USDC y otras monedas estables.
“Estamos viendo cómo las stablecoins comienzan a ser parte de la caja de herramientas de los mexicanos para transferir, ahorrar e invertir. La rapidez con la que estos activos se integran a los hábitos financieros no tiene precedentes”, afirma Tory Jackson, jefe de Estrategia de Galileo Financial Technologies.
El ejecutivo apunta que México ya figura en el Top 20 mundial en adopción cripto, de acuerdo con Chainalysis, y que Latinoamérica es uno de los epicentros del uso de stablecoins para ahorro y envío de remesas.
La tendencia va más allá de los usuarios particulares. Tanto bancos digitales como instituciones tradicionales se han lanzado a institucionalizar la experiencia. En 2018, la Ley Fintech abrió la puerta a que plataformas reguladas trabajaran con “activos virtuales” bajo supervisión de la CNBV, y hoy ese marco legal sirve como base para integrar productos de inversión, pagos y tesorería ligados a criptomonedas.
“La institucionalización es la clave. Una vez que los usuarios perciben seguridad y cumplimiento, la adopción se dispara. Para los bancos esto significa ingresos recurrentes y, sobre todo, una relación mucho más estrecha con sus clientes”, añade Jackson.
Un ejemplo claro es el de Mercado Pago habilitó en México que promueve la compra y venta de Bitcoin y Ether dentro de su superapp, atrayendo a cientos de miles de usuarios que ahora pueden invertir en cripto del mismo modo en que pagan servicios o recargan saldo telefónico. Al mismo tiempo, los datos de 2025 muestran que en el primer semestre las stablecoins representaron ya 36 por ciento de las compras de cripto en México, con USDC y USDT dominando la escena, de acuerdo con el estudio de Bitso.
También hay factores internacionales que abonan a este terreno. El Banco de Pagos Internacionales (BIS) ha documentado cómo la capitalización de las stablecoins y el número de emisores activos han crecido con fuerza, con un predominio claro de instrumentos vinculados al dólar. Incluso sus reservas, en gran medida invertidas en bonos del Tesoro estadounidense, generan un puente cada vez más formal con los mercados financieros tradicionales.
Para el usuario mexicano, el cambio es tangible: remesas casi en tiempo real, ahorro en “dólares digitales” disponibles 24/7 y acceso a la inversión desde plataformas familiares y reguladas. Para bancos y fintech, la oportunidad se traduce en nuevas fuentes de ingresos por cambio de divisas, rampas de entrada y salida, servicios de tesorería y mayor interacción diaria con los clientes.
La infraestructura digital en México y la penetración de las fintech reguladas han creado un terreno propicio para que estas herramientas se integren al sistema financiero.
“No estamos hablando de un fenómeno pasajero. Las stablecoins y las criptomonedas van a seguir impulsando la forma en que los mexicanos envían dinero, ahorran e invierten. La pregunta ya no es si se integrarán, sino qué tan rápido y con qué reglas”, concluye Jackson.